Miguel Bosé afirmó que más de un millón de personas asistieron al concierto organizado por Juanes en La Habana y criticado desde la oposición anticastrista.
Natasha Vázquez
Desde muy temprano, una avalancha de camisetas blancas salía de todos los puntos de la ciudad, y más allá, para dirigirse a la plaza de la Revolución, de La Habana. Esta vez, convocaba la música en nombre de la paz. Ajenos a la polémica, o más bien ignorándola deliberadamente, más de un millón de cubanos iban dispuestos a soportar el más duro sol del mediodía caribeño, para pasar cinco horas al ritmo marcado por Juanes, Olga Tañón, Orishas, Miguel Bosé, Van Van o Jovanotti, entre otros. O corear junto a Silvio Rodríguez, Aute o Víctor Manuel sus canciones más queridas. Aunque podíamos estar en la fría sala de prensa, nosotros preferimos vivir desde dentro el llamado concierto del siglo. Compartir junto a amigos y desconocidos esa magia de sentirse uno más en la multitud que desafiaba el calor a golpe de paraguas, mucho líquido y crema solar.
«Esto es lo máximo», decía Marlene Hernández, una cirujana de 31 años, que cambió este domingo su bata blanca por una camiseta del mismo color. «Yo no podía perdérmelo, aunque acabo de salir de una guardia de 24 horas», acotaba.
Algunos, como el joven periodista Duber Piñeiro, estaban al tanto de las pasiones que desató esta iniciativa de Juanes en Miami. «Creo que fue un error intentar politizar este concierto. La verdad es que es un lindo gesto por la paz, que ojalá se repita. Para mí ha sido de las mejores cosas que me han pasado», dijo. Y en eso coincidía con el propio Juanes. «Este es el sueño más hermoso de paz y de amor que he podido experimentar después de mis hijos», expresaba ante una plaza repleta.
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lunes, 5 de octubre de 2009
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