El regreso de una obsesión
El cantante habla de su nuevo disco, de sus experiencias cinematográficas y de su desazón cuando debió suspender su concierto en Buenos Aires; "pero estaré allí a fines de este año o principios del próximo", asegura
Por Adrián Sack
Para LA NACION
Corazón argentino. Tanto en su nuevo disco, Cardio, como en el anterior, Papito, compuso las canciones en sociedad con el argentino Nicolás Sorín
MADRID.- En la vida y en la carrera de Miguel Luchino González Borlani no hay demasiados hechos, hitos ni claroscuros que puedan explicarse más allá de las obsesiones. Y ese hombre que eligió reemplazar todo lo que sigue a su primer nombre por "Bosé" deja bien en claro, en cada una de sus frases, que el arte de intentar hacer simple lo complejo y fácil lo difícil es lo que siempre ha marcado su norte.
"Mi música es fresca y despojada de artificios, no busca decir nada, aunque termine diciéndolo todo... y mi último trabajo, Cardio, tampoco escapa a esa lógica", comenta el cantante durante la entrevista que mantuvo con LA NACION el colorido hotel Oscar Room Mate del centro madrileño.
Bosé, según admite, tampoco puede conciliar el sueño al recordar su desazón tras la cancelación del concierto que tenía planeado ofrecer en el Luna Park, en su más reciente visita a América del Sur. "Teníamos ya todo preparado, pero una gripe terrible, malísima me anuló en Chile, y finalmente tuvimos que regresar a España. De todos modos, tengo planeado volver a la Argentina a fines de este año o principios del próximo... y, esta vez, me voy a cuidar mucho. Me hace mucha ilusión presentarme allí con Cardio ", promete y se promete Miguel Bosé, ese bandido obsesionado por cumplir siempre.
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