
Miles de personas acudieron al único concierto de la gira «Cardio Tour» que ha recalado en Galicia.
Bosé mueve montañas y corazones pero, sobre todo, es un tipo elegante. El reloj raspaba las 22.30 cuando una sensual boca femenina sonrió en Noia en cinemascope. Eran unos labios rojos, perfectos, imposibles; gigantes. Y ante los ojos del público que a esa hora cerraba filas ante el ídolo de varias generaciones de humanos desfiló una hilera de puertas y, detrás de una de ellas apareció, más chulo que un ocho... ¡Bosé!
Acompañado por ocho músicos igual de elegantes que él, el ahijado de Luchino Visconti ?-su hermana lo es de Pablo Picasso- abrió el único concierto en Galicia de la gira Cardio Tour con Ayurvédico, una canción que escudriña en la medicina india con la que el propio Bosé ha recuperado la imagen que perdió hace un par de años. «Está guapísimo», decían en la cola. Y lo está, qué narices. Miguel es, junto con Jesús Vázquez, uno de esos tipos a los que ni el más machote les puede negar los méritos.
Juego de palabras y preposiciones en la segunda canción y primera ovación en la tercera, cuando, después de un paseíllo cuasitaurino por el escenario, el campo de San Alberto se convirtió en un gigantesco karaoke en el que 4.000 gargantas entonaron: «Nena, luna serena, todo es posible, menos tú...».
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