
El cantante español llenó de sensualidad al Auditorio Telmex bajo su tour ''Papitwo''
GUADALAJARA, JALISCO (22/NOV/2012).- Ni fiera ni mariposa. Es Miguel Bosé. Quien seduce con un hablar que arrastra la lengua entre los dientes. Tan universal y español. Tan Miguel y tan Bosé a la vez.
La noche se prestó a sacar lo más sensual del cuerpo, de las palabras. Ahí estaba el cantante haciendo gala de su erotismo, vestido de pantalón magenta y saco de estampa psicodélica, la noche de ayer en el Auditorio Telmex.
Su espalda y cadera adoptaron la forma de un rayo. De forma zig-zag sus hombros iban y venían por todo el escenario, traduciendo los halagos del público en un coro gospel, pulcro y chic ante las primeras frases de "Nena", "Duende" y "Los chicos no lloran".
La noche se prestó a sacar lo más sensual del cuerpo, de las palabras. Ahí estaba el cantante haciendo gala de su erotismo, vestido de pantalón magenta y saco de estampa psicodélica, la noche de ayer en el Auditorio Telmex.
Su espalda y cadera adoptaron la forma de un rayo. De forma zig-zag sus hombros iban y venían por todo el escenario, traduciendo los halagos del público en un coro gospel, pulcro y chic ante las primeras frases de "Nena", "Duende" y "Los chicos no lloran".
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