Los incondicionales de Miguel Bosé ya habían tomado su asiento en la plaza de toros a las diez de la noche de ayer para no perder detalle de uno de los conciertos más esperados. Una primera aparición con la indumentaria blanca, con la que promociona su último espectáculo ‘Amo Tour’, y una sorprendente puesta en escena, donde la tecnología ocupa un lugar protagonista, aventuraba una de esas noches inolvidables.
Ocho músicos y seis pantallas gigantes de led proyectaban imágenes con una sucesión de figuras literarias, futuristas, astronómicas, retazos de aritmética o de biología marina, con las que el cantante pretendía hacer partícipe al público «de todo lo que me ha interesado en la vida, desde mi niñez hasta el día de hoy».
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Déjanos tu comentario...